Después d q perdimos la semilla
y los árboles c secaron.
con un hacha d doble filo,
salio corriendo d mi cuerpo
y nunca lo volví a ver.
mi alma y mi credo,
atravesó mis pulmones,
mi tiempo y los sueños.
Sin embargo los árboles
ya estaban secos
y no había savia en ellos
agusanada y gris.
Como los ojos d mi gemelo
cuando Yo fallecí.
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